La primera vez que socializamos nuestros trabajos de grupo con otras personas que, como nosotr@s, están interesad@s en el poder movilizador, subversivo y emancipador del teatro, fue en un sótano sevillano, en mayo de 2010. Y fue por lo que significó ese momento/lugar para nosotr@s, que decidimos nombrarnos grupalmente como El Sótano.
La posibilidad de abrir las puertas a la confrontación, al debate, a los replanteamientos y a los encuentros, que generó ese suceso, consolidó la visión/misión de los miembros de este grupo. Coincidimos en el Máster en Artes del Espectáculo Vivo y habíamos sentido la necesidad de articular un espacio paralelo para el intercambio, para multiplicar las preguntas y las inquietudes que habíamos descubierto que teníamos en común dentro del espacio oficial compartido, y, al mismo tiempo, para generar propuestas de carácter teórico como práctico.
Estamos aquí en eterno ensayo: permanentemente repitiendo -como dirían los franceses- para ver si hallamos la diferencia.